. . . y los habrá peores.

lunes, 29 de agosto de 2011

Piérdete

Hoy he sentido otra vez
como se escapan las caricias
cuando el orgullo las desecha
y las transforma en soledad.

Hoy he sentido otra vez
como se escapan sin prisas
por un corazón ciego
que no las puede custodiar.

Me he resentido mil veces
de haber perdido tu sonrisa
en un recuerdo permanente
que no va a cicatrizar.

Son cicatrices abiertas
donde el amor se desliza
en un intento imposible
de que me vuelvas a amar.

jueves, 25 de agosto de 2011

EntreRaíles

Un día en Berlín bajé a los infiernos. Su olor era distinto al que cualquiera habría esperado, olía a kebab entre raíles de metro. Otro día encontré okupando Tacheles al viejo Chuck Norris, que allí mismo, y por el doble de precio al que encontrarías a 50 pasos, te vendía una birra para pasar la noche hasta que algún negro viniese a hablar alto y no tan claro para acabar ofreciéndote su libreta del jefe indio.
Las señoritas de la calle (muy guapas por cierto) toman chupa-chups de una manera exquisita y no dudan, muy amablemente, en indicarte su precio así como la discoteca más cercana.
Pregunta dónde saldrán las fotos: www.yaam.de y encontrarás además, un surtido de vídeos para jugar con extrema facilidad a "Dónde está Wally".
Puedes encontrarte un paraguayo que viva del cuento con 260 al mes y maneje el diábolo como el mismo Satán. ¿Pero qué dices hijodeputa...? que cada uno rompa los cristales que quiera y si luego hay que pagarle a la belleza de la recepcionista 100 zslotis se hará sin dudar, total del lanzamiento de pota con jamón 3 pisos hacia abajo no han hablado nada.
Sandra, Vera y Leonor... ¡A robar tangas y ayer pasta para comer!
Pero lo que de verdad sería bonito es vivir de los pepinos y los tomates... ¡¡Qué coño dices!! que se los coma su puta madre, yo los vendo para comprarme BigMacs y fraichicken o kenfraiken.
Es bonito viajar bien acompañado. 5 amigos, 2 maletas por cabeza, un vagón en el que ir de pie y si te cansas poder reposar en un camarote con olor a indigencia.
Es bonito también que a pesar del Gay-Friendly, tengan el detalle de sacarte unos chupitos de vodka cuando te está lloviendo en la calle, te rellenen los cacahuetes las veces que haga falta o te inviten a probar un vodka de 95º.
Ya menos bonito es que te multen ni una ni dos veces, sino dos, por beber en la calle. Ya sean la pareja de policías polacos los más pajos del lugar o una policía reputa que no quiere rebajar ni un céntimo. Aún así hay que hacer caso de los buenos consejos de Alberto y saber escapar de ellos arrastrándose por el suelo.
KITSCH y POPO sí que son bonitos.
Pero sin duda lo mejor, es la compañía en las largas noches, poderte quedar encerrado en un apartamento desconocido, inventar canciones de póker para hijosdeputa, o pasar una noche de puta madre para encontrar el caos a la vuelta: unas chanclas voladoras, una maleta vacía, un pablo destructivo...
TZEDEK maldita judía.
Ver Auschwitz después de no dormir asistiendo a un concierto gratis de las Papa Levante en plena plaza del kebab grasiento de Krakow (Versionando N.López).
Entrar en una película/sueño, truffles mediante, hablar con el bosque y que él te proteja.
Qué te voy a decir yo que tú no sepas en estos 24 días...

firmado: Blueberry

Flores entreraíles

Flores de papel en pubs bajo tierra
Flores tatuadas junto a cuervos que antes fueron aviones
Flores que se fuman y te dan alas para volar

Rubias entreraíles

Beber rubias,
que se te escapen,
no entenderlas,
que te den besos a escondidas,
que te produzcan estados de conciencia alterada,
de metro setenta,
o de medio litro...
TODAS PUTAS

lunes, 22 de agosto de 2011

Que nadie quiere ser viejo

Cuando nos hacemos viejos, el rostro se nos arruga, el pelo se vuelve blanco, se cae y llevamos dientes postizos. Vemos mal, oímos peor, nos tiemblan las manos, nos duelen los huesos, nos cuesta andar e incluso respirar.

Cuando somos jóvenes, y observamos desde lejos todo eso, sentimos como imposible llegar a ese momento, algunos aseguran preferir no vivirlo antes que verse en esas condiciones. Despreocupados, nos creemos invencibles y pensamos que esto siempre será Jauja.

Con el pelo emblanquecido, la mente falla, las piernas fallan, y muchas veces sentimos que nuestros mayores son como grandes niños arrugados, gruñones y soberbios, que no darán su brazo a torcer y cuyo mundo no va a dejar de girar en la dirección y ritmo al que están acostumbrados.

Cuando eres viejo, la experiencia y los años se entremezclan. Podemos hablar de cosas que hace más de medio siglo dejaron de ocurrir, como si fuese el titular de la portada cualquier diario de esa misma mañana.

Nuestras historias se repiten, pero nos empeñamos en contarlas hasta el final, indagando continuamente en los mismos detalles, aquellos que hace muchos años, y sin saber bien por qué, quedaron registrados en nuestra mente quedándose ahí guardados, quietecitos, hasta que nos vayamos de este mundo.

Nuestros mayores han sobrevivido a guerras, revoluciones, educaciones demasiado estrictas o demasiado desatendidas, enfermedades y avances tecnológicos que han modificado la forma de tratar con la realidad tan vertiginosamente, que ha sido imposible para muchos ir más allá de comprender lo que es un teléfono, televisión o radio si es que han tenido la suerte de llegar a entender el por qué y para qué de alguno de estos.

Qué decir de internet… 

Les sorprenden muchas cosas del mundo ante las cuales nosotros estamos vacunados desde chicos, vemos como normales y hemos asimilado sentados frente a un aparato de televisión.

Respeto.

A aquellos que han estado aquí antes que nosotros, que han hecho posible que existamos, que han cambiado nuestras vidas, que han permitido que vivamos sin complicaciones, con su esfuerzo, con su trabajo, que han sufrido y han llorado por todos los que ya se les fueron. Que nos han educado. Herencia eterna y gratuita que hace de nosotros personas únicas. Aprendamos todo lo que nos pueden enseñar y cuidemos de ellos como hicieron cuando no levantábamos ni un palmo del suelo y no podíamos valernos por nosotros mismos.

Una lágrima en su mejilla y se apagó el cerillo de su vida.
No te olvides de estar allí pendiente de todos.