. . . y los habrá peores.

miércoles, 27 de abril de 2011

Hoy no era el día

Ha sido tan rara esta tarde. Tú viniste ilusionada mientras yo resoplaba. Cansado y hastiado. Te sentía tan lejos… Mi mente no paraba de rumiar que no volveríamos a aproximarnos a aquello. Pequeña ilusión irrisoria de confianza plena y entrega que siento ahora, más que nunca, que nunca llegará.
Los suspiros no traen nada bueno, la conversación se traba y es el silencio quién me oprime contra el asiento del coche. Me siento un extraño, extralimito mi cuerpo, me escapo y observo desde fuera de él esta situación. Tengo tiempo para todo, todo el tiempo del mundo, se eterniza cada segundo y tu mirada me incomoda al colisionar contra mis ojos.
Llego a mi casa y me siento tan sucio. Voy a llamarla, solo una prueba.
Marco su número, lo siento, ardo por dentro, me invade un infierno, necesito tantear. ¡Seré guarro! Me encuentro fatal, me dan náuseas, pero no irrumpe en mí en ningún instante la idea de no hacerlo. Se descarga la adrenalina en el momento que ella coge el teléfono. Son tres palabras, una risa y la tendré en mi casa arrancándome la camisa.
Tan frescos sus labios, su cuerpo, suave. ¿Te parece injusto? A mí también, y tienes razón. El tuyo también lo es. Pero ahora está ella y jadea y me hace sentir tan vivo. Solo necesitaba eso.
Lo siento.
Intento dormir y no puedo. Lo siento. Solo lo pienso, pero no lo siento. Volvería a hacerlo, porque quería hacerlo, porque necesitaba hacerlo, moría por dentro, me hacía falta ese momento.
 Y no duermo, pero mañana será otro día. Con suerte, haré como el que soñó con que una noche se confundió.
Tú seguirás haciéndome reír y cuando la desazón por mi error esté tan enraizada y me consuma y atrape, hasta el punto que no lo pueda soportar y quiera salir de mí, de mi cuerpo y correr, en la noche o bajo la lluvia, lejos y empezar de cero... Ese día, sentirás que tienes la culpa de que todo esto no funcione.
Guardaré en un cajón mi falta, la encerraré bien oscura en la esquina peor iluminada de mi alma condenada. Muerte perpetua del corazón y vida desarraigada, de mí mismo.

miércoles, 20 de abril de 2011

Quédate a dormir

Tu piel tan suave
Voy a llenarla de bocados.
Recorrer con mis labios
Cada tramo de tu cuello.
¿No saber escapar de tu lado?
¿Qué estamos haciendo?
No puedo seguir lo siento,
O acabaré equivocado.
Seguir así
Terminar ardiendo.


Quémame junto a ti
Que a razones no atiendo.

domingo, 17 de abril de 2011

He tenido días mejores

Perdona que en estos meses haya estado distante,
que los besos nos acercaban y mi razón los rechace.

Perdona que lo que sientes no sea lo que yo siento.
Estar callado y sin ti, son solo motivos de sufrimiento.

Perdona que no sepa verte, como alguien para siempre,
que con el tiempo acabe primando la cobardía de la mente.

No saber dejarme llevar y seguirte la corriente,
preocuparme por las cosas que no tengo al no tenerte.

Corazón mío, corazón roto.
¿Cómo vas tú, que no sientes, a velar por el corazón de otro?

sábado, 16 de abril de 2011

La chica del pasillo


Me enamoro fácilmente, se me olvida.
Tu cara, tu cuerpo, la falda de tu amiga.
Mis manos, mi pecho, que tiemblan con tus ojos
Me giro, te miro, lo hago de reojo.
Te pienso, te siento, imagino tu sonrisa
Me miras, te miro, ninguno tiene prisa.
Ni siquiera te conozco y no quiero conocerte.
Quiero congelar este momento y tenerlo para verte
Para siempre. Un paso, dos pasos, te alejas
No sé si te volveré a ver, levanto la cabeza
Y busco a otra que se te parezca.