. . . y los habrá peores.

domingo, 30 de octubre de 2011

Hasta que marque el reloj.


Escucho música que no comprendo, veo películas de directores que ignoro, leo historias que no sucederán, sueño con cosas que ni siquiera existen, huelo atardeceres que se consumen fugaces, saboreo comida que me sirve un anónimo, estrecho manos que pertenecen a otros, comparto gustos con pintores sin rostros, cruzo miradas con gente que desconozco, beso labios que apenas recuerdo, bebo copas de alcohol helado, realizo acciones que no comparto, hablo con gente que no me importa, sonrío a personas que no volveré a ver, transito  caminos que no he visitado y visito lugares que serán olvidados.

Miro el reloj de agujas infinitas
donde el tiempo no para
quedará la marca escrita 
de una vida que me encanta.

domingo, 23 de octubre de 2011

Su consumición, gracias

Vender tu alma. Siempre hay un momento en que apetece hacerlo. Al placer de una noche, al hedonismo más descerebrado, al sexo embriagado de alcohol o drogas que se apropian de ella pagando un buen precio.

En este mundo de enloquecidas luces que te atraviesan flasheando lo real, falseando cada instante, entre miradas extrañas en un lugar oscuro, una noche cualquiera, conversaciones desprotegidas de todo argumento que roce el pensamiento profundo y reflexivo. Delicado decidir. Complicado proponerse recuperar tu alma.

Difícil saber por qué la dejaste ir, cuánto tiempo te llevará recuperarla o si te cansarás en el trayecto dejándola una vez más vagar a su gusto, serpenteando entre mareas sudorosas y despreocupadas, entrecerrando los ojos en busca de miradas lascivas de presas nocturnas que den paso al mismo vacío constante.

Dejar de consumir carne para empezar a disfrutarla.

martes, 18 de octubre de 2011

Otro más , pero no igual

Voy a tener que cambiar de tercio para la chavalería.
Que no estoy enamorado ni desenamorado y que lo vea la gente.
Que estas cosas que me salen son de cara a la galería.
Pero que lo único que busco y quiero es meterla en caliente.

A estas alturas

No vamos a engañar a nadie, no me pidas lo que no te puedo dar.

Podría decirte que vamos a querernos hasta que se consuman las estrellas. Que vamos a gastar la vida entre besos y miradas. Que con un solo movimiento estremeces cada momento. Que agitas mi presente y has grabado mi pasado. Que guardo tus caricias para que no me las arrebaten, escondidas de siniestros maleantes y perturbadores de lo nuestro... Pero no me pidas lo que no te puedo dar, porque no voy a decirte lo que no quiero escuchar.

domingo, 9 de octubre de 2011

De buen tintero

Ojalá existiese todo eso. De verdad y para siempre.
Ojalá no se rompiese como una pompa de jabón entre los dedos de un niño.
Que todo aquello que te arranque una sonrisa no suponga noches de lágrimas.
Cogerte de la mano, confía en mí, no necesitamos saber dónde vamos.
Te tengo. Pero, sobre todo, me tienes. 
¿Paramos el tiempo?