Solo una noche eternamente oscura.
Ilumina tu rostro la luna, cuela su luz, entra por la ventana.
Tatuando de sombras las curvas que alumbra.
El silencio vocifera besos entre suspiros.
Confianza. Contrastes. Cercanía.
Roces suaves y piel de gallina.
Susurros de cuerpos que pactan ser uno.
Ofrendas al cielo desnudas de razón.
Calor, contacto. Sudor, caricias.
Mentes en blanco cuando la tez está pensando.
Y el trono de los recuerdos, donde reposa tu mirada.
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