. . . y los habrá peores.

jueves, 22 de octubre de 2015

Tan lejos

Soy incapaz de distinguir grises en Montevideo
y los colores se visten de funeral.
Diez mil kilómetros son pocos,
estando a años, bombillas fundidas.
Me miras, pantallas: tus ojos, y tu boca que es ceniza,
volándose las ondas de tu querer.
Frío hiela mi cuerpo y sube amargo
como noches de lluvia en Burriana.
Flashes y gotas de lo que no es.
Plumas en el fuego de lo que será.

domingo, 20 de septiembre de 2015

¡A CALLAR!

"Mejor me callo, si no me hundo, si dijera lo que pienso, me odiaría todo el mundo" Juaninacka decía un día caminito de los juzgados.

Hoy tengo ganas de reventar y decir que nada merece la pena. Ni hablar ni callar, ni estar a un lado o al otro lado, ser blanco o negro, ni siquiera gris, vomitar o no salir, respirar o morir, culo o codo o tetas, yo a Londres y tú donde quieras, pero lejos, ni puntos ni comas niespacios, ni nada de nada ni cafés quijanos, creer que es cerveza y que sea una Mahou, hacerte el amor y que mires el facebook, estar a un paso de dar el paso más importante y caerte por el precipicio sin darlo tú, tener miedo a saltar de un avión, hacerlo y que sea sin paracaídas, amar locamente o mente y así no amar, saber cuando seguir y cuando parar. Que ahora no sea, no fuera, ni será, será, solo el tiempo lo dirá y además nos matará, qué más da, hoy nada merece la pena, ni siquiera mi pena, ni sonreír, ni verte triste o hacerte feliz. Qué más da. Empezar a puntuar. Entrar por el aro. Veo la hipoteca al final del túnel. Casa. Coche. Y dos niños. Tú querías cuatro pero no va a poder ser, porque no merece la pena, por las guerras, porque me da asco el mundo y a la vez me da demasiado igual como para que me dé asco, si me doy igual yo, imagínate los demás, no eres tú soy yo, y lo que pasó pasó, entre tú y el chico ese que conociste, del que nunca me hablaste cuando decías sincerarte, ese, y el otro, y el otro, y era yo el loco, pero tu loco, el que se voló el coco, y el cuco, canta, y el nido, no abandona, porque no tiene dinero para pagarse un alquiler, o porque quizás le daba miedo crecer, o porque a ti no te quería ni ver, y plantaba excusas en su balcón en un rinconcito escondidas tras la marihuana, para que cuando crecieran ya fueran demasiado bonitas como para no fumárselas, y ella exprimía el zumo que le daban esas plantas del balcón y salían litros litros de mentiras para criar sanos y fuertes a sus niños de verdad, incluso a un par más que encargué a Gepetto para poder hacer leña con ellos los días de frío de invierno, que me congelaron medio cerebro y me dejaron solo lo bueno, insomnio como forma de vida, un Ballantine's, una chica, medio kilo de soledad, ojos de murciégalos aurelios, una pizca de sal y listo.

Buenas noches, porque la suerte está echada, durmiendo desde hace rato.

martes, 27 de enero de 2015

tevuigo

temía a la oscuridad,
teniendo la luz encendida.
temía la muerte, por miedo,
perdía disfrutar la vida.
por suerte, estando ciego,
la esperanza ya perdida
vino a rescatarme ella,
que a 700 me cuida.