Necesito oxigenar cada poro de mi cuerpo con tu música y dibujos sobre un papel.
Y el bendito trazo y las lágrimas de pintura que bajan por la triste pared y se mezclan los colores.
Y me siento Picasso y me veo tocando el cielo solo y libre por dentro; de todo lo que me rodea, ni me acuerdo.
Me evado y me pongo a seguir la melodía con mis manos pulsando, agitando el bote e impregnándose de motas de pintura de aerosol mis manos y dando alas a mi mente sin importar el resultado, sonrío.
Y el sol baja poco a poco y busco una sudadera y me remango para no ponerlo todo perdido y continuaría aquí hasta que viniera alguien a sacarme y darme de comer y recordarme que la vida es mucho más que disfrutar. Bendita puta vida.
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